OTRA MUJER OTRO HOMBRE

A.- Otro… otra…
Apoc. 21, 1… Jn. 1,13

La mujer
Mujer nueva, hombre nuevo, pueblo nuevo.
La utopía de “otra cosa”
que no NACE ni de carne ni de sangre:
que no nace del poder.
1 Cor. 5,7… Jn. 2,6… Lc. 1,26…
Apoc. 21,1… Lc. 2,12

Tras los textos de la Biblia así es todo;
todo es “otro”, diferente:
Nuevo pan sin levadura de la Pascua.
Nuevo vino que ha brotado
desde el cántaro de agua.
La mujer que ha engendrado,
sin varón, al hombre nuevo.
La ciudad que baja, nueva de los cielos
como novia engalanada.
(Y Dios dice: “¡miren bien, que voy
a hacerlo todo nuevo!”)
Y se crea novedad desde el pobre:
Lo hallaron allá durmiendo en un pesebre.

B.- ¿Sólo sueño?
Apoc. 21,3… Mc. 10,41

Ese sueño de la historia
es otro mundo
libre ya del dolor y de la muerte.

Pero el sueño de la historia
se convierte, al despertar,
en la cruda realidad
que es la ley de los más fuertes
hombres “machos” que dominan a las hembras
convirtiéndolas en fábricas de hijos
o en juguetes de vitrina.

Hombres fuertes que dominan a los débiles.
Constructores de esas torres de Babel:
laberintos del mercado y la riqueza
que engañaron a los otros, los ingenuos,
e inventaron esa propiedad privada
que privaba a muchos más
de sus pequeñas propiedades.
Apoc. 21,1
Pero el sueño de la historia
es otro mundo, y otro hombre,
otra mujer distinta, nueva.

C.- Sueño o propuesta...

Lo han soñado siempre así las religiones
y del sueño han nacido muchas diosas.

(Es difícil que podamos soñar algo
que sea nuevo realmente
y por eso nuestros sueños
suelen ser tan limitados:
solamente embellecer viejas tendencias:
Las del sexo, del poder y del tener…
cuando no son más que el miedo a todo eso)
Y es así la religión: opio del pueblo.
Como dicen:
escapar de lo real
en las alas fugitivas de los sueños.

Gal. 4,4

Pero –dice la palabra-
“Ni vio el ojo, ni soñó ningún cerebro
que la ardiente novedad sobre la tierra
puede ser sin poder y sin tener
y nacida de mujer, de mujer pobre.

Y así el sueño ya no es sueño
sino un paso, una propuesta
que llegó rompiendo esquemas.

D.- Santa María de todos los sustos
Lc. 1,27… Lc. 2,19

Ni siquiera Ella fue sabia ni teóloga.
Ni acogió la llegada del pequeño.
Con la plácida sonrisa
de quien ya se encuentra
“al cabo de la calle”:

Del que ya esta preparado para todo.
Porque, en cambio…
Lc. 1,19… Lc. 2,51… Lc. 1,30..
Lc. 2,7… Lc. 2,35 Mt. 2,13…
Jn. 2,4… Mc. 3,20…Mc. 3,33

A ella, la pobre…
¡Todo aquello la llevó de susto en susto!
La mujer fue sorprendida por lo nuevo:
De sorpresa en sorpresa
fue ascendiendo por la vida:

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